domingo, 11 de marzo de 2018






UN SITIO, un lugar
donde los solitarios tengamos la paz
de los elefantes libres.
Un horizonte de alma,
una libertad que deslíe
tantos prejuicios de la cociencia
que de progresista se queda
en soplo del dardo ya clavado.
Un sitio, un lugar
para la diferencia del individuo
que alerta su libertad.
Mosaico de razas
y alegato de un siento de poder
y fue medio Sol y Luna llena.
Un sitio, un lugar
que el aliento de lo humano se vuelve sordo,
inánime al tacto del sentir de la placenta,
al cerco de la banca
para el ego del otro yo que se apunta.
Mi sitio, un lugar
de persona que demanda la huella
que no sostiene lo que soy.
No hay lugar, no hay sitio
para las brasas del sentimiento
que guardamos, como enjambre de abejas,
para seguridad falsa de nosotros mismos.
No hay sitio, no hay lugar
para alegría de lágrima ajena.
Ya no hay sitio. Quizá habrá lugar
en el que anide el piar, entre los gusanos,
de los infantes dueños del mundo.
Apelo por un lugar, por un sitio
para el sitiado ser humano.



De "Poemas de tinta y aire". Noviembre de 2007.