sábado, 16 de junio de 2018

ESPERANZA; UNA MENDIGA EN MADRID.







Los pies sucios, ennegrecidos por la noche cerrada y sin luna, por
el hollín sobre los asfaltos fríos. Una mano en el aire se alza para
conciencia de los que pasan sobre tus cartones de silla y cama, por
el borde retador de tu lata, y lo hacen sordos a tus latidos de rodillas dobladas al destino de una época volcada al egoísmo que separa, margina, olvida y después mata. Una mano en el aire se alza y la otra dentro de un viejo abrigo de mocedad libre, feliz y grata de sol y de fruta en el paraíso que apuntan tus labios ya al olvido para castigo de tu hombre esculpido por el fuego de la ira y la venganza.




Madrid, febrero de 2005.

domingo, 10 de junio de 2018

PINCEL DE LA NOCHE.








Una columna del Partenón se yergue desde las ovas del pez Tierra
hasta la mirada de mis pulmones que embrida de asombro, repta por el velo tremolante de la voluptuosa Nyx. Unos pasos y sólo sé que soy tras la fuga cruel de lo antes ido, en el vacío que dejan las sensaciones no sentidas, por el hueco roto del viento parturiento y silente que mata las amebas del profundo charco que aguan unas lágrimas de sal y llama. Es dar mi mano y no coger nada, es posarme sobre la arena y no dejar huella. ¿Acaso tú me ves? ¿Acaso me oyes? ¡Responde! Contéstame pronto que el
nanoinstante de convergencia también pasará.





Madrid, abril de 2006-