miércoles, 29 de marzo de 2017


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LUNA DE ODISEO.






La luna ya se levantaba con su cara azafranada tras la cortina del
viento del Sur. Su presencia, detrás de unas tenues nubes, calmó y
templó los cercanos horizontes llevando las olas cogidas de su
resplandor diamantino hasta la orilla que hollaban mis pies de
espectador solitario.
Como en un suspiro, el sortilegio de la marea me llevó, con sus
cánticos, hasta las primeras nanas de mi cuna. Poco a poco se fue
tensando el arco con su leve ascensión y mi callado mirar hacia su
forma, entonces, más pálida. La tranquilidad de la silenciosa mar
me acompañaba y Luna se quitaba sus vestidos ante mis ojos
desbordados de asombro y perplejidad ¡Qué desnudo más bello me
regalaba! Las dudas me dejaron limpio, los fantasmas de mis
recuerdos, hirientes no hacía mucho tiempo, desaparecieron y sin
prejuicios me adentré en la mar y fui en busca de aquella desnuda
Luna. Ya el arco se partió en espumas por ser sábanas de pasión.
Luna me abrazó ingrávida, me besó refulgente y yo me esforzaba
por envolverme en su velo que ya anaranjaba. Pero no fue deseo
vano y codicioso por mi parte. Esa noche amé más que ninguna
otra noche, y sin embargo no poseí. Esa noche yací con Luna y no
sentí por hacerla mía. Esa noche me amó la Luna y me sentí todo
dado, todo entregado a ella.
La aurora dejaba colgar su vestido rosado y tras él, Luna se vistió
de un blanco indefinido, disolviéndose entre las primeras luces de
la mañana, sacándome del lecho sobre una suave ola que murió en
la arena tibia, ola que al iniciarse hacia sus ecos eternos me
susurró: “no te vuelvas a buscarla, se convertiría en simple y
pesada rutina“
Ahora, cada vez que la Luna y yo nos encontramos, nos
convertimos en aprendices de nuevos amantes ¡Quién tuviera
Lunas y sábanas de espumas blancas a lo largo de la vida!





Almerimar. Agosto de 2004.

De "Relatos, cuentos y otras cosas" 2011

martes, 28 de marzo de 2017


Resultado de imagen de FOTOS DE LIBERTAD



























NO ES QUIMERA.



Frente al eslogan “poder económico” siempre surcará el cielo una
avioneta que anuncie la utopía de la palabra LIBERTAD. Tratar de
enmudecer a través de la comunicación es fracasar, es guillotinar el
aire con el filo de una navaja. La entraña más buscada es la LIBERTAD, y no la que nos cobijó con nuestra placenta. LIBERTAD. Palabra calorífica que nutre la savia de un árbol, las corrientes de los océanos, los vendavales de las tormentas, la sangre de la persona. Desde el único y común nacimiento perseguimos, en cielos y rocas, el enigma que posee la LIBERTAD.
En el Espacio, justo el lugar que parece más libre, quizá porque lo
hemos visitado poco, no se puede gritar ¡LIBERTAD! Sin embargo, desde el primer empape de la tierra, con nuestros dedos, escribimos LIBERTAD.
Siglo XXI, pirámide de base en rectángulos pequeños de aislada gente, y cúspide de cuadrículas científicas. Entre ellas, la base y la cúspide, las oscuras manchas de los petróleos y avisos guerreros de etnias que desaparecen bajo el manto bautizado de forma cobarde y engañoso de "occidentalismo", con la daga ponzoñosa del eufemismo de la globalización. La LIBERTAD, después de los campos preñados de arroz, sí que debería ser un pilar global para el ahora Hombre.








De "Relatos, Cuentos y otras cosas" 2011.

viernes, 24 de marzo de 2017




Resultado de imagen de folios surrealistas


Y vuelvo errabundo por la realidad
hasta aquí, buscando, la sola imagen
provocadora de sí, las demás
para reducirlas al más del arte;
la desconfianza de la palabra.

Y errabundo persigo mi fantasma
entre los reflejos sordos, inconscientes,
aunque sean destellos de otras cosas
que, en mi yo de partida silente,
apenas son un departir en boca.




De "Sintagmas en rojo y negro" 2012

jueves, 23 de marzo de 2017


ESCULTURA DE JUAN MORAL MORAL.



MACHU-PICHU.


  • OBRA ESCULTÓRICA DE JUAN MORAL MORAL.

  • En la obra del escultor Juan Moral, a parte de una profunda y extensa investigación, lo que florece con la fuerza indómita de la creación es la reflexión estética, concepto que desde Kant se entiende como universalidad subjetiva. Este concepto tiene como centro estratégico nuestra imaginación y sentimientos, dejando a lo lejos una visión lógica o si se quiere matemática o científica. Si nos asomamos a las esculturas; litospacios, estelas o monumentos urbanos, del escultor Moral, intuiremos, hasta el respirar, unas robustas implicaciones estéticas, tanto en los cimientos de la obra como en su forma. No es causalidad que el escultor nos maneje desde la perspectiva - algo sumamente estético - para hacernos observadores y yo diría que contempladores de la realidad.

  • Desde Grecia, la estética - procedente del término aiszesis - nos conduce a la percepción, a la sensación. Y ahí están las esculturas de Moral; lo vivo hay que sentirlo, aunque en estos tiempos la corriente de la estética se extiende por los carriles de los sentidos, del placer, aunque no se interiorice. Por eso, la razón del escultor Juan Moral se reinventa a sí misma, sin miramientos ni dudas y va directa hasta el final, quizá hasta un infinito, sin temer a la aventura que la creación trasvasa de una realidad personal y única, a la metarmofósis de una realidad universal. Para ello, la realidad del escultor Moral, es heroica, trágica, y lo es porque quiere abrir lo más irreductible y profundo de sí misma. Es decir, nos hace real lo irreal y por ello llagamos sin querer a la plasticidad; rectificar lo interno, lo subjetivo. Eso es justo el camino contrario de lo que se cree por creación: vamos del mundo - esculturas de Juan - a la mente de cada uno.

  • Y poco más que decir de las esculturas de Juan Moral. Advertir que el sentimiernto estético del escultor tranfigura la apatía en sobresalto, la ceguera en iluminación; que la experiencia de lo otro sea propia, para vivir de alguna manera la unidad de todas las cosas.









Fotogalería



Es una lectura pictórica que el autor, en la imagen de la derecha, hace de los versos de Antonio Machado sobre Soria. Sería interesante que según vayáis leyendo los poemas, intentéis visualizarlos en la pintura que con anterioridad habéis pinchado. Es un juego divertido e ilustrativo.


En este bloque os dejo un artículo o carta que escribí con motivo de la exposición Machado y Soria.

 "Machado y Soria" de mi tío F.M. MORAL.

Hace un tiempo mi tío Paco me invitó a su estudio para que viera una composiciónpictórica que estaba pergeñando desde el fondo de sus sueños y con la realidadde los versos de Antonio Machado sobre la tierra soriana como punto decomienzo. Los bocetos a carboncillo, o con óleos, o con acrílicos llenaban las mesas, las paredes y algunas sillas que servían de improvisados bastidores.Parecían florecer o esconderse unos de otros según mi tío iba leyendo algunas partes de los cantos machadianos. La idea creativa a hacer estaba clara en la palabra y en la mirada del que en aquellos momentos me exponía sus irrefrenables deseos junto con una pasión desbordada desde una única ilusión.

Y el tiempo pasa, como siempre, pero ahora, en este momento, se me vienen las sensaciones que me movieron y me conmovieron una tarde lluviosa en el estudio de Jaén de mi tío.

Muchas veces la pretenciosidad por explicar algo, ya sea lo que sea, mata ese algo, sin embargo lo que aquí escribiré es una simple reflexión, mi meditación, ante un hecho que nace de un intimo concepto; la creación de un tema pictórico, con toda su historia y su vida cultural, algo determinante en lo que es el pensamiento que más tarde dará una realidad nueva, compleja o no, para llegar al fruto, estético o no, deseado, aunque éste haya experimentado una profunda mutación desde su génesis.

Pero el tiempo ya está aquí. Ante mí tengo la composición "Machado y Soria" y la verdad es que estoy sorprendido y es así porque más allá de lo que cada uno sintamos por las  palabras del poeta y de la técnica del pintor, el furor de la obra es tanto más vivo porque en ella observo la idea de un hombre libre y el sobresalto de su pensamiento esencialmente idealista. La naturaleza brota en la pintura y no olvidemos que lo primero que educo al hombre es esa misma naturaleza en la que se conjunta la Belleza que desde que la historia antigua, sin divisiones más o menos regladas, engloba todo aquello a lo que luego se le fue poniendo
nombres. La composición que veo y saboreo es en sí misma una arquitectura, una música, una escultura, una danza, un llamamiento a lo que se puede llegar, hacer realidad en virtud de un ahínco paciente e individual con el propósito de llegar a ser libre. No basta con sentirse. Es por ello, que en cada parte de "Machado y Soria" se me antoja una curiosidad siempre alerta, un enardecimiento casi juvenil a la llamada de la sutileza, de la vivacidad de los sentidos y una valentía del autor para metamorfosearse en sencillas o complicadas etapas del proceso creativo y por esto de su propia vida, actitud que revela algunos elementos mollares de su formación intelectual y estética, aunque al expresarlo en un solo conjunto - obra - vaya a contracorriente de la significación cultural que aborrega y alinea la Europa de hoy, es decir, a la reducción artística sin más, olvidando que todo hecho intelectual está en relación directa con la complejidad de lo que vive y bien sabemos que es mucho lo viviente. Otro vértice que me dibuja "Machado y Soria" es la psyjé griega o "alma sensitiva", que en relación con lo que dije antes se me manifiesta, de forma velada, en las actividades más humanas; hablar, hacer, amar, habitar. Palabras estas que Machado engrandece en sus versos y que mi tío vuelca en su pintura al señalárnoslas de modo sencillo pero no por ello menos contundente. Y para explicarme haré un paseo por la composición:

Si nos atenemos a una fecha de creación para esta obra, bien pudiéramos retroceder unos cuarenta y cinco años, ya que entonces el pintor se ofreció para hacer un proyecto arquitectónico para la ciudad de Soria. Quizás fuera su primer encuentro con la ciudad del Duero, pero el hecho en sí no deja de ser anecdótico.

Aquí, ante estas pinturas - una en todo el conjunto - empezaré con una simbiosis entre las palabras de Antonio Machado, Soria en sí y los pensamientos que Francisco Moral interioriza para luego, en un ejercicio de necesidad expresiva, hacerlos emociones y mostrárnoslos aquí, en esta composición que compartimos. Pero sin más, me meteré en la obra; al ver el conjunto, quizá se nos pase por alto el soporte sobre el que Francisco nos propone sus pinturas. El hecho de escoger tablones de madera de espíritu envejecido no es casual y ello nos indica una búsqueda de materiales pasional y a la vez lúcida, por lo que la elección del sostén se convierte en un "magister" al conciliar una experimentación renovada con un impulso alborotador. Desde luego si nos detenemos en la parte central del conjunto, vemos un tablón totalmente negro - alma de Antonio -. Un negro matizado con una textura que nos lanza al mundo machadiano con sus pálpitos, sus soledades y también, porqué no decirlo, de sus apatías como fruto de la época española que vivió. Una vez visto esto, y entrando en la composición pictórica, ésta me parece rompedora, pues el pintor jienense cruza el umbral que existe entre pintar las cosas tal y como uno las ve y representar lo que conoce de ellas. En este caso y sin obviar que el pintor sabe y entiende in situ a las tierras sorianas, es evidente que aquí, en esta su pintura, lo que hace es mostrarnos una naturaleza soriana acorde con los versos de un Antonio que incorpora la Naturaleza como un elemento fundamental de sus letras, algo que no es habitual hasta su llegada a Soria. Así en las primeras tres pinturas, me asomo y siento las fuerzas que, desde lo árido y frío, me vienen para quedarse, pasando por colinas y cerros a las florecillas blancas y,  arrancando el velo del tiempo, la pintura de Francisco empapa la mirada de infancia - primavera - como inicio de posibles sueños; "abejar, pastar, humear ramas, perfumar", dice Antonio.

En un segundo paso me encuentro con un peldaño más figurativo en el que Francisco, después de dejarnos descritos los paisajes por los que Antonio abandona su mundo interior y se hace al exterior, opta por expresar, a través de algunos símbolos de unos hombres sufridos y rudos, sus meditaciones sobre un pasado que ha engendrado un presente al que desea un futuro mejor: el cesto, la nieve, un hosco ceño, el golpe de un hacha sobre el leño.- frente hendida de negro -, nos avisa elpintor.

Después de subirme al castillo y de sentirme en tierra de místicos y de guerreros, doy un tercer paso y me encuentro con las colinas plateadas, con los alcores grises, con el trazo del Duero escondido - quizá porque aquí Francisco nos esconde la adusta mirada de Antonio - para luego humanizar el paisaje con esos álamos coloridos, regados por las aguas del Duero y por la lluvia atronadora de las  palabras de Antonio en los colores, en los trazos y en esta composición pictórica. Aquí, en esta parte tan singular de la obra, siento que el eco del escritor - que también será mañana - es cogido por el pincel del pintor y, en un acoplamiento casi impúdico, los dos se someten a lo que se quiere decir en un mismo instante, aunque éste sea engendrado en diferentes periodos por el capricho de una voz y por el entusiasmo de una mano.
Y así, llegando al final de este paseo pictórico, me encuentro con la parte del camino más sugestivo y al mismo tiempo más emocionante e incitador; - "¡Oh sí! Conmigo vais, campos de Soria, /........./ Me habéis llegado al alma, / ¿o acaso estabais en el fondo de ella? - y en respuesta feroz a estos versos maximalistas con ribetes románticos, la pintura se hace hueco redondo por un presentimiento que sin más se hace jirones por la insatisfacción de la pregunta utópica que aparentemente aparece sin duda, ya que la sensibilidad de Francisco
opera una elección - su elección - de la voz de Antonio, rompiendo cualquier frontera entre lo personal y lo real. Es por ello que el pintor en este final de su composición se hace creación y acepta - nos invita a seguirlo - que sólo tendrá sentido su creación cuando él mismo se la otorgue, en este caso, con su propio sentimiento pictórico.

Y me marcho de esta composición de Francisco con el sosiego de haber caminado entre su pincel y la voz de Antonio - un fenómeno de representación en pintura que se descompone en sus elementos primarios -  con la certidumbre sabida de asistir a un encuentro - Soria, Duero, Antonio y Francisco - como recompensa de una
conjunción comprensible de una problemática intelectual y de una insolente seducción.  Con estas mis palabras,animar, a todas las gentes que se asomen a esta obra pictórica de Francisco Moral Moral, a descubrir tan excepcional y mágico encuentro.

Pues bien, una vez intentado un leve apunte de la obra, espero que los fundamentos de toda expresión, artística o no, eso lo dejo a los expertos que de todo saben, pero sí cultural, se hayan asomado por estas líneas. Por si así no fuera, los pilares a los que me refiero son: hablar y comunicar. Lo que quiero decir es que "Machado y Soria" no se limita a la trasladar un mensaje, que por otra parte es subjetivo, sino que establece un vinculo existencial entre personas vivas, de las que cada una toma conciencia de un yo particular, único y que desde él la cultura solicita, desde su origen, la intención a lo universal. Un yo al que por formar parte de una sociedad o comunidad hemos olvidado con demasiada facilidad, sea por la comodidad o por el nihilismo del individuo tan extendido y tomado incluso como el nuevo fideísmo de estos tiempos en el opulento y mal llamado mundo occidental.

Pero me estoy yendo de la obra, aunque poco más puedo decir. Aunque aquí, delante de las pinturas de "Machado y Soria", vuelvo a escuchar versos, a recordar paisajes y tiempos que me ultiman en unos pensamientos y en unas sensaciones que me imponen un dialogo a lo abierto de la libertad creativa sin miedo a la singularidad del individuo. Me parece, siento, que "Machado y Soria" me invitará a más charlas y hará que dialogue con nuevas visiones a través de mi vida y si respeto a muchos creadores, afamados o no, reconocidos o no, es precisamente por las innumerables llamadas que me hacen para seguir hablando a pesar que el tiempo haya comenzado de nuevo su impagable camino.


TEXTO EXPOSICIÓN DE JAÉN DE MACHADO POR FRANCISCO MORAL MORAL

23.02.2016 13:28




TEXTO PARA LA OBRA “MACHADO Y SORIA” DEL PINTOR FRANCISCO MORAL MORAL

Dice Antonio Machado; “En cuestiones de la cultura y del saber sólo se pierde lo que se guarda y sólo se gana lo que se da”
Pues bien, lo que Francisco Moral nos muestra en la obra “Machado y Soria” es un regalo, una donación y, por lo tanto, una ganancia del saber.  El verso de Campos de Soria y el trazo de Francisco se conjugan en una realidad reconocida y por ende viva; es decir, presente, que está aquí. Por ello, al mirar las diferentes partes en que se compone la obra pictórica, los mismos cuadros nos dan el camino de las construcciones de los mismos cuadros. Es decir, nos dan la oportunidad de dialogar con ellos en esa especie de todo incesante de  la creación, - aunque en su génesis pictórico estuviera en el trabajo y en la soledad sana del pintor -  y lo hacen porque están vivos.
Aquí Francisco no inventa, ni quiere hacerlo. No cae en la trampa de la pintura que se dice vanguardista que, entre símbolos y demás investigaciones pueriles y estériles, nos dicen de un modernismo imaginario. ¿Hay algo más moderno que la vida? En mi opinión no hay nada.
La pintura que Francisco nos da es una mirada del que estrena el mundo, es decir;  una mirada más ética, mas de ley, de más verdad. En este caso el pintor nos parecerá, y eso es ser un artista, una persona más gravemente, más vivamente herida por la realidad, esa que fluye de las letras del poeta. El conjunto que Francisco nos ofrece en su “Machado y Soria” es un camino hacia el principio, tanto de la palabra como de la pintura, y situarnos en dónde estamos, que no es en otro lugar que el mismo del que está el primer bisonte o petroglifo que podemos ver en una cueva. Si la pintura y lo que concebimos como Arte tienen un milagro, es el de prepararnos para otro día, sin más pretensiones. Es decir; nos hacen sentir la vida.
Desde estas palabras, invitar a los que se pongan delante de la obra de Francisco a escuchar los pálpitos, los guiños, la dureza y la Arcadia que desde los versos de Machado la pintura nos regala como don de existencia real. Si lo consiguen, llegará la emoción de la vida.



MANUEL MORAL ROCA.
Febrero de 20016

19.07.2015 12:23
  • Os pongo un poema de su libro DIARIO DE UN ABRIL INVISIBLE.

EL FIN DE ALEJANDRO.                  Resultado de imagen de fotos de odysseas elytis

Tendió las cuatro estaciones y se quedó como un árbol al que le falta el aire.

Después tomó asiento y a su lado tranquilamente puso el precipicio.

En el otro lado tendió cuidadosamente un trozo de mar, todo ráfagas azul celeste.

Pasaron las horas hasta que, en algún momento, los ojos de las mujeres pestañearon.

Entonces entró la Señora y él expiró.


¿Qué? ¿Es un poema elegante o no?.
Pues la poesía de Elytis rezuma elegancia decorada con romanticismo, con una metafísica preñada de sensualidad espiritual. Sus símbolos son todas las formas que podamos imaginar del azul del mar griego.
Aquí os dejo esta sugerencia para leer a un poeta mágico.

  •                                                                                                                                   Italo Calvino.

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¿No os parece interesante las pistas que da el propio autor para leer esta novela? El libro se publico en 1979 y en mi opinión es una de las mejores novelas del siglo XX. Os recomiendo la lectura de esta enorme obra de literatura.

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MICROMEGAS. VOLTAIRE.

24.05.2015 12:07

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Ya el nombre - pequeño y grande - en griego es curioso. En este cuento, o chanza filosófica, como dice Voltaire, advertimos el compromiso del autor con la ciencia de su tiempo, por ejemplo con Newton, pero no por ello dejando las  disputas científicas sobre la Tierra. El cuento sigue la tradición del viaje y que enlaza con la Historia verdadera de Luciano de Samósata. Este cuento es un viaje extraordinario y extraterrestre al mismo tiempo. La imaginación es debordante y su lectura nos sacará alguna que otra sonrisa por sus utopías y por las críticas del desorden del mundo y por ende de la sociedad. Quizá este cuento nos recuerde a los escritos por Swill, Godwin o al Estados e imperios de la luna de Cyrano de Bergerac. Si os atrevéis con su lectura os lo váis a pasar bien. 




Nacido en Barcelona, es un autor de una extensa obra narrativa y unos de los grandes navelistas del último siglo. En mi opinión, su literatura es impresionantemente excepcional y muy superior a otras plumas cargadas de premios, de parabienes multitudinarios o de estudio forzoso para la selectividad de nuestros infantes.
Particularmente me emocionaron su MAL DE MONTANO y su DOCTOR PASAVENTO. Estas dos novelas son sólo y sencillamente literatura.
Os recomiendo que conozcáis a este autor.

LEONARDO:



EL MEDIADOR DE LO INEXPRESABLE.




Si podemos diferenciar le Edad Media del Renacimiento en arte, dicho cambio está en el género pictórico del retrato. El retrato es una forma de conjurar la muerte, hecho éste que supone el triunfo del hombre y de su posición central en el universo.
Conocida es la biografía y la obra de Leonardo, por eso, en estas líneas lo que intentaré es poner el foco en la transformación espiritual del que es considerado uno de los tres pilares renacentistas, y concretamente como la personificación del Renacimiento.
Al reconocimiento de Dios como el Creador de Universo, Leonardo le asigna su funcionamiento a la ley natural, dando una expresión críptica a través de su arte a la libre voluntad expresado en los filósofos judaicos, mayormente.
La teoría de que la madre de Leonardo era toscana, sigue siendo válida. Sin embargo hay nuevas evidencias, cada vez con más fuerza, que abren la opción de que su madre  fuera, de hecho, una esclava judía, probablemente de procedencia rusa. Un investigador de los archivos de la ciudad de Vinci, el sr.Mario Bruschi de Pistoia, se refiere a la familia de Leonardo desde el siglo XV hacia delante. Bruschi demuestra que de acuerdo con el dialecto y los modismos de la época, “nació di bon sangue” no significa haber nacido de buena sangre, sino un figlio del amore libero, que es: un hijo del amor libre, es decir “en caliente sangre”. En el siglo XVI se diría que Leonardo es hijo legítimo del padre que lo reconoció, ya que le dio su nombre, pero es, sin embargo ilegitimo, que es un hijo de puta, porque nació de una madre no casada con el padre. Es el propio Leonardo quien da un apoyo inequívoco a esta interpretación al definirse como producto del amor libre apasionado y lo hace en un cuaderno de investigación anatómica en la que dice: “ahora hace cincuenta y un años que soy producto del amor libre”. “El hijo”, escribió Leonardo, “se engendró en el inquietante deseo de una mujer y no de la voluntad de su marido… El hombre que emplea el coito con la fuerza y la inquietud, en los niños produce ira. Pero si el coito se lleva a cabo con gran pasión y avidez por ambas partes, entonces el hijo será de gran inteligencia, ingenioso y vivaz”.
Pero si hablamos de la pintura de Leonardo, quizá lo hagamos desde el estudio de Verrocchio, su maestro, y más concretamente desde el cuadro llamado El Bautismo de Cristo. En esta composición se atribuye a Leonardo el ángel que está de perfil, arrodillado e intentando recoger sus ropas. Es un ángel dinámico, percepción que contrasta con la rigidez del otro ángel que pintó Verrocchio. Pero el detalle que nos hace sentir que Leonardo pintó gran parte del cuadro es el paisaje que enmarca la escena central. Aquí ya intuimos algo que a lo largo de la obra de Leonardo es fundamental; el dinamismo de las figuras a través de los diferentes matices de un mismo color. Durante esta época de su vida, trabajada en Florencia, son cuadros de encargo tanto de temas como de entregas; sean La Anunciación, La virgen del Clavel, Ginebra de Benci. Sin embargo Florencia, en el plano filosófico, era pobre y muy estrecha para Leonardo. En contraposición Milán se convirtió en el punto de encuentro de diferentes culturas, principalmente de Europa central. Recordar que los lombardos fueron los últimos en caer en el cristianismo ortodoxo. Milán era entonces en el principal aliado de los reyes franceses, algo que a Roma le molestaba en sobremanera, pues Francia era antagónica a la creación de un estado en la iglesia. Es entonces cuando Leonardo ve una relativa independencia de la autoridad de la iglesia y conoce a las minorías disidentes aprovechando cierta atmósfera liberal. Es entonces cuando Leonardo estrecha su relación con los más influyentes artistas de la corte milanesa, que no por casualidad eran judíos.
Uno de los personajes que más influye en el pensamiento de Leonardo es Amadeo Méndez da Silva que más tarde sería el confesor del Papa Sixto IV. Dicha influencia se reflejan muy bien en el mensaje iconográfico dentro de una serie de pinturas de Leonardo hechas en Milán; véase en tratamiento que da a Juan el Bautista y a Jesús. Le da el mismo honor. Esto no quiere decir que rechace el cristianismo, ni que presente una alternativa. Lo que hace es pintar su pensamiento respeto a la ley – la antigua - y lo hace representando las dos religiones; la vieja – Juan el Bautista –  y la nueva – Jesús. Un resumen rápido es que “la sustancia es la religión judía, la nueva religión es secundaria”. Para aceptar esto hay que entender que Leonardo era consciente de que en la filosofía escolástica, la sustancia es invisible, mientras que los aspectos incidentales; tamaño, calidad, color y forma son visibles. Por lo tanto, cuando Leonardo reproduce el simbolismo cristiano, lo que hace es representar la sustancia judía. Quizá sea este el motivo por lo que Leonardo nunca hizo una representación de la crucifixión, a pesar de que una obra de la pasión y muerte de Cristo era casi un requisito para la cartera de un artista de aquél tiempo.
Otro vértice en la influencia de Amadeo Méndez en Leonardo está en su visión de la mujer. Amadeo elimina la controversia de carácter mesiánico de Cristo a la de simplemente haber nacido puro. En su obra Apocalipsis Nova exalta a María como la sede de la sabiduría. La mujer se convierte así en la fuente de la sabiduría, no en su sentido secular, sino en su connotación espiritual. A raíz de esto, en las imágenes de Leonardo, la mujer ocupa el espacio central, ya que es a través de ella que la ascensión al cielo se lleva a cabo. Aquí, si analizamos el retrato de Mona Lisa, vemos que detrás de la cabeza de la mujer hay una pila de agua con un río flotando debajo de ella y la representación de dos caminos, uno hacia la izquierda y otro a la derecha. Es claro que no pretende ser un paisaje de fondo, pero sí una representación metafórica. Es una construcción cabalística. La cuenca de agua representa la fuente de gracia que brota directamente de la divinidad. Fluye a dividirse en dos ríos a los que se accede por los dos caminos, es decir, la divinidad fluye a través de las muchas habitaciones por las que el alma pasa para llegar a un matrimonio espiritual con la divinidad.
Ahora bien, si nos vamos al comienzo del pintor Leonardo – El Bautismo de Jesús, veremos que el evento que tiene lugar es representado según el acuerdo a la teología cristiana ortodoxa: Juan el Bautista conoce a Jesús como el Mesías, y se representa en una posición de inferioridad. Esta escena no aparece como tal en ninguna de las obras de Leonardo después de conocer las ideas de Amadeo Méndez. Si al mismo tiempo observamos  un cuadro basado en el dibujo la Virgen con Juan y Jesús, veremos que el niño Jesús ha desaparecido y el niño Juan – que representa la vieja religión- está representado por un cordero. En la tradición cristiana, el cordero es Jesús que se inmola. Al atribuir esta situación a Juan el Bautista, Leonardo se mueve en el centro teológico de Israel. Finalmente Jesús y la Virgen desaparecen de las pinturas de Leonardo. Sólo Juan Bautista, en representación de la tradición judía, se mantiene. Más tarde la representación de la antigua religión – Juan – evoluciona a una declaración más directa. Ejemplo son las dos pinturas de esta fase pictórica de Leonardo. Una se titula Baco, en realidad Juan el Bautista en forma de Baco y el otro se llama San Juan Bautista. En ambos cuadro Juan es el único tema.
El hecho de que Baco fue elegido como una metáfora de Juan el Bautista evidencia los pensamientos de Leonardo. Baco era considerado como un guía a la espiritualidad, ya que la tradición cuenta que después de que la razón es vencida por el vino, el alma puede elevarse a la contemplación de Dios. En la pintura de Baco, - Juan el Bautista –Leonardo lo pinta señalando al cielo, lo que indica una vez más que la antigua ley es el único camino para el ascenso espiritual. Es entonces cuando Leonardo sufre dificultades con la curia y ya que sus escritos no eran desconocidos, desde ese momento no trabajara más para el Vaticano, fue acusado de nigromancia por sus habituales visitas a las morgues en las que adquirió sus conocimientos de anatomía, hecho que se demuestra en sus dibujos del cuerpo del hombre. Estas circunstancias hacen que Leonardo salga de Roma para Francia.
Por todo ello el padre Franco Bontempi concluye que Leonardo, un hombre interesado por el más especulativo de los inventos y las más complejas de las soluciones tecnológicas, el objetivo principal de su intelecto era llegar a lo básico. En un momento en que el mundo cristiano estaba en proceso de cambio, era necesario para él encontrar una dialéctica que sostuviera su concepto del universo. Al releer la historia de la cultura occidental, se encontró que se basaba en los preceptos judaicos, y que las otras religiones, el cristianismo y el islam, eran sus hijas espirituales. La demanda por el hombre del Renacimiento de un renacimiento de la sociedad racional sólo puede ser posible gracias al retorno a lo básico. Estas ideas pronto llegaron a ser olvidadas por los preceptos que Lutero y la Contrarreforma imponen a la sociedad.
Pero lo que no tiene discusión alguna es que Leonardo era famoso y respetado en su tiempo. Cada una de sus pinturas se convirtió en un estándar para una amplia gama de imitadores. Gran parte de la obra de Leonardo se ha conservado, pero lo que se ha perdido se vuelve visible para nosotros a través de la obra de sus discípulos. Si el mensaje contenido en la obra de Leonardo fue entendido por sus imitadores no podemos comprobarla. Mientras que Leonardo no introduce la cruz en sus pinturas de San Juan Bautista, algunos de sus seguidores así lo hicieron, quizá sin darse cuenta o tal vez deliberadamente.
Tomando como un todo secuencial, las obras de Leonardo yergue un argumento críptico, causa que avala la tesis del Padre Franco Bontempi.
Y termino como empecé: Goete define el Arte como el único mediador de lo inexpresable y Leonardo en esencia es Arte, Arte que a principio del siglo XXI aún intentamos darnos.


CUADROS PARA DESARROLLAR LA PARTE ICONOCLASIA – contrario al culto de las imágenes religiosas -  DE LEONARDO:



MANUEL MORAL ROCA.

MIRCEA ELIADE

09.12.2016 11:59


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Nacido en Bucarest (1907-1986). Historiador de las religiones, Doctor en filosofía, su carrera intelectual la desarrolló desde 1945 en Lisboa, Londres, Paris y Chicago.
Aquí recomiendo su libro TRATADO DE LA HISTORIA DE LA RELIGIONES. Creo que con su lectura entenderemos el por qué Europa y la cultura de raíz judeogrecolatina está sumida en un nihilismo que cubre todas las variantes del ser humano.
A mi me parece muy interesante.


domingo, 19 de marzo de 2017



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La poesía es ritmo de lo irracional,
ausencia de objeto en el espejo
de su sustancia; la palabra.

Su encarnación suspira en la busca
del compás; secreto de todas sus voces
de un yo inconcreto, quizá profundo e intacto.

¿Inconsciencia? ¿Precipicio o superficie?
La realidad sea materialidad por tapada
y el poema es juego por lo que calla





De "Sintagmas en rojo y negro". 2012

sábado, 18 de marzo de 2017







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Las palabras se quedan
en el insomnio de un punto,
se forman en el gesto de una coma
y así pulular entre las hojas,
en las ramas del concepto que, a natural,
quiere en su realidad imitar.

Las palabras se quedan,
como las piedras de una pirámide,
en el secreto de ser ellas mismas
por saberse después
espíritus de días pasados que vuelven.

Las palabras se van,
en aguas de sábana blanca,
cuando los labios “leyentes” las besen








De " Sintagmas en rojo y negro" 2012.

domingo, 12 de marzo de 2017





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Una suma de minutos, iguales,
todos iguales, inducen
al lugar de mi persona,
abren la ventana vista
al milagro de los sustos
para formar el escrito.

Y soy todo costumbre,
pensamiento en abandono,
vertido de sangres,
y agudas sinrazones
para luz del manuscrito






De " Sintagmas en rojo y negro". 2012