martes, 28 de marzo de 2017


Resultado de imagen de FOTOS DE LIBERTAD



























NO ES QUIMERA.



Frente al eslogan “poder económico” siempre surcará el cielo una
avioneta que anuncie la utopía de la palabra LIBERTAD. Tratar de
enmudecer a través de la comunicación es fracasar, es guillotinar el
aire con el filo de una navaja. La entraña más buscada es la LIBERTAD, y no la que nos cobijó con nuestra placenta. LIBERTAD. Palabra calorífica que nutre la savia de un árbol, las corrientes de los océanos, los vendavales de las tormentas, la sangre de la persona. Desde el único y común nacimiento perseguimos, en cielos y rocas, el enigma que posee la LIBERTAD.
En el Espacio, justo el lugar que parece más libre, quizá porque lo
hemos visitado poco, no se puede gritar ¡LIBERTAD! Sin embargo, desde el primer empape de la tierra, con nuestros dedos, escribimos LIBERTAD.
Siglo XXI, pirámide de base en rectángulos pequeños de aislada gente, y cúspide de cuadrículas científicas. Entre ellas, la base y la cúspide, las oscuras manchas de los petróleos y avisos guerreros de etnias que desaparecen bajo el manto bautizado de forma cobarde y engañoso de "occidentalismo", con la daga ponzoñosa del eufemismo de la globalización. La LIBERTAD, después de los campos preñados de arroz, sí que debería ser un pilar global para el ahora Hombre.








De "Relatos, Cuentos y otras cosas" 2011.

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