sábado, 23 de marzo de 2019

NO SÓLO ES SUPERFICIE.








A la caza de la imagen y moda que vende, comprándote en somnolienta complicidad del yo y el exterior, la aguja que puntea, el cincel que labra el hábito que cubre la desnudez del hombre niño, patrio. El disparo que rompe y mata se yergue en bandera dorada de la fiesta al pie del SINAÍ; golpe de naturaleza a libre viento de instinto, tormenta y granizo que desgarra el tejido de un algo, seda que descubre lo más sencillo de la carne apolínea y placentera. ¡Despierta! El camino nunca está quieto a pesar de su
enmarque, como óleo en galería de museo, pero sí que es el mismo a pesar de los pasos, de los latidos, cortos o largos, de tambor o de campanillas. No es prisa. Sí es comenzar, anudar la cuerda que enganche el compás de lo empírico con la quilla de vaivén que hasta hoy nos ha acunado a toques de risas y lloros. ¡Muévete! El río se desploma por la cascada y no sabe hasta dónde llega. ¡Despierta! ¡Muévete!; el miedo abandona tu palabra curva por ser inevitable la llegada.



Madrid, 4 de marzo de 2009.

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