domingo, 15 de abril de 2018

UN ESCRITO.NO RUTINARIO.




Conceptual image of business woman without head and daily routine icons instead. Artificial intelligence concept Foto de archivo



Las gentes – yo mismo – hemos hecho un día con las mismas rutinas pero de maneras diferentes. Las mañanas son de luz cada vez más temprana, hasta que nos cambien las horas allá por la
primavera, son de ajetreos más o menos conocidos; las calles, el metro, los bostezos miméticos, el café con la prisa renombrada, la
oficina, la tienda o el taller, el ordenador que no va, el cambio en monedas que agota un cliente de cerezas y cofres de piratas, y el
trabajo. Hay que ver las cosas que hacemos o vemos antes de comenzar a trabajar. Luego viene la comida en el bar de siempre o cogemos el camino de nuestras casas para comer en los mismos platos de siempre. Las noticias, bueno, los sucesos, los deportes y la previsión del “tiempo”. ¡Nada que no llueve!, decimos desde nuestros campos de asfalto. Más tarde los niños que regresan del colegio con el estrés de las actividades extras y con el tiempo justo para hacer los deberes. ¿Jugar? ¡Tenéis que dormir! ¿Pero cuándo queremos que jueguen los niños si no lo hacen en su niñez? Luego llegan a la adolescencia con la idea de jugar pero con una carga de hormonas que los revientan en forma de espinillas.
El que no tiene hijos: una copa de licor, una partida de mus que si se acaba pronto se alarga con unas revanchas y si no puede ser se va uno en busca de sexo con alguien desconocido o con la pareja de otro alguien que a lo peor está trabajando o cuidando a sus propios hijos. ¡Qué más da! El hedonismo es algo con lo que se farda ante los demás, sin darnos cuenta lo que esas palabras, dichas a la ligera, nos envilece.
Y el día se va al contrario de cómo vino; con la oscuridad más adelantada y con los pies entre las sábanas, pero con la esperanza de que mañana, con la luz aún más temprana, sea diferente, a pesar de que antes de soñar sepamos que nuestras rutinas serán las mismas. ¿Y todo lo que hacemos día a día? ¿Y las gentes con las que nos cruzamos un día? ¿Somos los mismos sin el día a día, sin la gente que nos hace perder un autobús o una cola en las taquillas de un teatro?
La vida es rutina y diferente a la vez porque nosotros no somos los mismos de una mañana a otra. Un beso. Besa a quien tengas a tu lado y si estás solo te das las buenas noches en voz alta. !Que te oigas¡ Luego apaga la luz y sueña deprisa porque el gallo siempre canta, y fuerte.



Madrid, noviembre 2011

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