lunes, 1 de mayo de 2017








Resultado de imagen de FOTOS DE AÑORANZA DE HIJOS
Yulisa no dejaba de ver su móvil. En su cara, el gesto de melancolía se descolgaba por una sutil lágrima. Con uno de sus dedos pasaba, muy despacio, las fotos de Yimi, “su macho”, las de Lisa y las de Isi. Echaba de menos a sus tres hijos. – Son una bendición. ¡Mira cómo son! ,- dijo a la vez que esbozó una leve sonrisa. Para Yulisa, ver esas fotos, era una terapia que la reconfortaba, aislándose por unos minutos del gasto psicológico que le producía la ausencia de sus hijos, la separación de ellos, aunque ésta afloraba cada vez con más fuerza, apuntalando la idea de que pronto tenía que volver a su lado, ya que día a día se daba cuenta de que la necesitaban perentoriamente.
Aquella misma tarde, ya cuando el sol no apretaba, Yulisa bajó a la calle dirigiéndose al locutorio para llamar a su casa de Ázua. Habló con sus tres hijos y con su madre. Pagó su llamada y cuando volvía para la casa donde trabajaba, me encontré con sus ojos que, a pesar de todo, aún brillaban. Nos sentamos en las sillas de una terraza y charlamos de todo un poco. Sin embargo Yulisa, entre sorbo y sorbo del refresco, no dejaba de contarme cosas de sus hijos. Sus palabras estaban llenas de orgullo, de sacrificio, de saberse estar haciendo algo bien por ellos y también estaban cargadas de cierto peso por saber si era suficiente. Se preguntaba si merecía la pena que sus hijos se estuvieran criando lejos de su madre, que la vieran una vez al año en el mejor de los casos. Rápidamente, con el optimismo con que vivía todos los días, Yulisa se dio cuenta de que el dinero que enviaba a su madre para la cría de sus hijos era necesario, ya que la condición de su vida lo exigía así. La conversación tomó otro rumbo y entre risas la luna apareció por un extremo de la ancha avenida.
La acompañé hasta su portal; - ¡hablamos!,- se despidió. Yulisa se dio una ducha y se acostó. Cogió su móvil y volvió a ver las fotos de sus hijos. 
A la mañana siguiente: “el teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura ”,- me dijo el ordenador de la operadora de llamadas. Seguro que  el móvil estaría sin batería.



Madrid, junio de 2012.


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